Al fin he tenido tiempo para terminar de leerlo.
Definitivamente, como ya anticipaba, un libro muy recomendable.
Definitivamente, como ya anticipaba, un libro muy recomendable.
Para no pisar nada, sólo diré que la historia atrapa tanto al lector que en el final de la misma, a pesar de continuar con las cálidas frases abundantes en lirismo, parecen sucederse los acontecimientos como si se tratase de un tren que alcanza su máxima velocidad sin poder detenerse; del mismo modo, una vez se enfilan los últimos capítulos es imposible despegarse del libro. Y lo digo porque, por elegir el peor momento para acabar de leerlo, tuve que intentar interrumpir la lectura para hacer otras cosas... pero no fui capaz. Es posarlo cerrado encima de la mesa con el marcapáginas cerca de la última página y pensar... "¡diablos, tengo que ver cómo acaba!".
De las muchas moralejas que se pueden extraer, yo me quedo con esta: "Lee".
Sí, en cierto modo es una metamoraleja, ya que una de las cosas que nos enseña este libro es el poder de la lectura y de la imaginación de cada uno. A Matilda, la protagonista, leer puede haberle salvado la vida, pero no en el sentido literal y físico de la palabra, sino en el sentido más espiritual, en el sentido en que nos la puede salvar a todos. Y ya no desvelo más de la historia; que cada uno la descubra por sí mismo ;-)
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